¿De dónde
venimos?

En el movimiento de vivienda venimos de años de negociaciones infructuosas, de respuestas individualizadas, de criterios arbitrarios y de no asunción de responsabilidades políticas ante la problemática generada por Sareb.

Las miles de familias afectadas sufren día a día las consecuencias de vivir en una casa de la Sareb: constantes amenazas de desahucio, cláusulas abusivas en sus contratos de alquiler, negativa sistemática a la apertura de canales de comunicación estables, etc.

Por eso, desde 2013 el movimiento de vivienda ha organizado multitud de campañas y recuperación de bloques siguiendo la línea de “La Sareb es nuestra”. Si no fuera por el movimiento de vivienda, hoy sus inmuebles estarían en manos de los especuladores y con miles de familias expulsadas de sus casas.

¿Qué es el
Plan Sareb?

El Plan Sareb es la Campaña que el Movimiento de Vivienda ha iniciado con el objetivo de solucionar los problemas de vivienda que la propia Sareb ha creado y que afectan a miles de familias en todo el territorio del Estado.

El Plan Sareb integra a decenas de colectivos sociales, asambleas de vivienda, sindicatos de inquilinas y a las centenares de personas afectadas por la entidad en el conjunto del Estado español. Juntas, desde distintos puntos de la península, nos hemos estado organizando para pasar a la ofensiva ante quienes han jugado con las vidas de miles de personas.

Objetivos,
reivindicaciones
y alternativas

Esta campaña, el Plan SAREB, tiene dos objetivos fundamentales:

La negociación colectiva de todos los casos: que se dé una solución digna a todas nuestras compañeras y se paralicen los procedimientos de desahucio que les pueden echar de su casa en cualquier momento.

¿Por qué una negociación colectiva? Para que los intereses de todas las personas afectadas por esta entidad se traten conjuntamente y ello nos lleve a mejorar nuestra posición, a ser más fuertes y a negociar en condiciones de igualdad ante la Sareb.

Exigimos que todos los casos presentados se lleven a una negociación integral en una Mesa de Seguimiento con responsables directos de la SAREB, en la que puedan materializarse las condiciones planteadas por el movimiento de vivienda y se terminen los criterios arbitrarios.

Y la puesta a disposición de toda la vivienda vacía que posee SAREB en forma de parque público de vivienda.

Una entidad que es pública no puede seguir desahuciando ni puede tener cientos de viviendas vacías cuando la mayoría de nosotras tenemos prácticamente imposible acceder a una vivienda en este contexto de precariedad.

Sareb tiene que saber que la solución a esto será de forma colectiva, con garantías y poniendo por delante el derecho a la vivienda. 

La Sareb tiene miles y miles de viviendas que hemos pagado y no nos deja usar. Nosotras creemos que lo público debe estar controlado democráticamente y que debe ser transparente.