La Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB) fue creada en 2012 para atender a las demandas del capital tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Doce años después, la historia no ha cambiado.
Los distintos colectivos que componemos el movimiento de vivienda venimos observando cómo SAREB, independientemente del director que tenga o el partido político que esté en el gobierno, ha evitado cualquier atisbo de solución para todas sus viviendas. Esto no es casual sino que cumple la función que siempre tuvo y tendrá: asegurar el sostenimiento de los precios del mercado inmobiliario y reiniciar así la máquina de la acumulación a partir del precio de la vivienda.
La novedad es la llamada política de responsabilidad social corporativa de Sareb, que no deja de ser una optimización del proceso de venta futura, con el mínimo conflicto posible, de los pocos pisos que aún no han sido vendidos. Esto no lo decimos nosotrxs, esto lo dicen ellos en sus informes y notas de prensa. Lo llaman modelo dual: ejecutan desahucios donde sea posible y necesario, y como desahuciar masiva e indiscriminadamente genera mala prensa, entretanto consolidan una bolsa precaria de alquileres condicionada a la empleabilidad de sus habitantes y a una hoja de buen comportamiento. Esto nos devuelve a los tiempos de los “company towns” del capitalismo industrial, donde hasta la cesta de la compra se la tenías que hacer al que te pagaba el salario.
Mientras, las condiciones de vida de las personas que vivimos en estas viviendas son completamente miserables. Hacinamiento, condiciones de insalubridad, constantes cortes de suministros y la incertidumbre de una situación que no tiene visos de terminar. Sareb ha utilizado distintas empresas privadas como agentes mediadores, evitando la negociación con los colectivos de vivienda en los que nos organizamos las residentes de esas viviendas. Estas empresas como Sogemedi, Gesocin, GIC, Tecnotramit, Sogeviso, Servihabitat son una nueva industria cuya materia prima somos nosotros y nosotras. Emplean todo tipo de maniobras y chantajes para que firmemos alquileres ilegales y, al mismo tiempo, son incapaces de atender a las necesidades expuestas. Sareb y el Estado dedican recursos a buscarnos trabajos que la mayoría ya tenemos, para acabar pagando los alquileres a precio de mercado que no podemos pagar. Mientras siguen haciéndonos vivir en condiciones deplorables sin responsabilizarse de las viviendas que supuestamente gestionan.
El Estado gobernado en los últimos cuatro años por el ala socialdemócrata es el principal responsable de haber creado, perfeccionado y extendido esta industria del rescate: con pleno conocimiento de causa decimos que los alquileres que ha ido ofreciendo Sareb son cada vez peores. Y es que el Estado, por distintos disfraces que se ponga, siempre será incapaz de atender a las necesidad de una vivienda de calidad que no sirva para la mera subsistencia, sino que permita al proletariado desarrollarse libre y plenamente. Sólo superando el capitalismo podremos garantizar una vivienda en esas condiciones a la que pueda acceder toda la población.
Por eso reivindicamos nuestra organización independiente como único medio para nuestros objetivos:
1. Negociación colectiva con SAREB y no con mediadoras privadas.
2. Atención a las necesidades de todas las viviendas.
3. Control comunitario de las viviendas por las personas que las habitamos.
Plan Sareb
Deja una respuesta